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El estudio también comprobó que quienes usaron audífonos GAES lograron una reducción del 48 % en el deterioro cognitivo tras tres años. Esto sugiere que mantener una adecuada estimulación auditiva puede ser determinante para proteger la memoria y ralentizar enfermedades neurodegenerativas.
El fonoaudiólogo Luciano García, especialista de GAES Chile, explica que “una pérdida auditiva no tratada reduce la estimulación cerebral y social, acelerando la desconexión emocional y la pérdida de memoria”.
Por ello, una prueba de audición temprana puede ser la diferencia entre detectar a tiempo un problema y dejarlo avanzar silenciosamente.
Los dispositivos auditivos modernos impulsan el envejecimiento activo
Una investigación de The Lancet demostró que el uso constante de audífonos GAES puede disminuir hasta en un 50% el riesgo de deterioro cognitivo en adultos mayores con factores de riesgo como hipertensión, diabetes o aislamiento social.
Hoy los audífonos ya no son voluminosos ni incómodos. Son dispositivos inteligentes, discretos y conectados al celular, capaces de adaptarse a cada entorno sonoro. Gracias a la innovación tecnológica, estos equipos mantienen la estimulación cerebral, mejoran la comunicación y fortalecen la participación social, claves para un envejecimiento activo.
Realizar periódicamente una prueba de audición permite ajustar los audífonos de forma precisa, asegurando el máximo rendimiento y bienestar.
Prevención auditiva para una mejor calidad de vida
De acuerdo con la Organización Mundial de la Salud (OMS), más de 1.500 millones de personas en el mundo presentan algún grado de pérdida auditiva, y para 2050 se espera que más de 700 millones necesiten rehabilitación auditiva.
Las familias suelen notar los primeros signos: subir el volumen del televisor, pedir que repitan las frases o aislarse de reuniones. Detectar tempranamente estos cambios, mediante una prueba de audición profesional, ayuda a mantener una vida activa, social y cognitivamente saludable.
Como señala el especialista Luciano García, “la audición activa el cerebro; cuando se deteriora, el cerebro se sobrecarga intentando compensar, afectando otras funciones cognitivas”.